¿Establecimiento de llamada?¿Eso no es una cabina?

Entonces, ¿si cojo y amplío la frontera hacia el este no se va a molestar nadie?...¡Qué pasa, artistas! Me pilláis aquí con un coleguen haciendo planes de futuro, aunque él insiste en que son retro. Ya lo discutiremos en brain storming a primera hora de la mañana...
Pero que nos tienes abandonados, se oye desde el banco de los Tories. No tienes vergüenza, enuncian en portada en el AS. Azul y negro son una combinación que no salvas ni tú, comenta Karmele, que no sé si es con "c" o con "k".
Pues mira, entono el mea culpa: a falta de tiempo, de internet y de ¿interés?... No, no te consiento esto último. ¡A tu habitación hasta que reflexiones bastantemente!
Y los demás os cuento: no tengo esto desatendido porque me dé a la vida padre, sólo faltaría. La razón real y última es que me tiene absorbido, sí, las dos con "b", la vida teutona, que, como apenas cuenta con 6 horitas de luz, minuto arriba, minuto abajo, pues te tienes que pasar borracho las otras 18, y yo, que no soy de beber, pues tengo que buscarme otros entretenimientos. ¿Cuáles? Ahí no entro, que me puede perjudicar la fama.
Lo que sí puedo revelaros es el final de Perdidos: todo es un sueño. También os puedo aclarar un poco mi rutina, que no lo es tanto, porque en la Vogue siempre recomiendan no caer en ella para una vida en pareja plena. De hecho, es por ello que hemos reservado este finde para una escapadita a una cabaña en el campo donde amaneceremos entre besos y fruta fresca. Los demás se van a Amsterdam, de turismo. ¿Que por qué no me voy con ellos? Os lo acabo de decir, no pienso repetirlo.
Pero vámonos con mi día a día, así, sin más demora:
Madrugo lo acostumbrado: 7 am, pues a pesar de mis frugales desayunos, está todo automatizado y no necesito mucho tiempo. Al centro llegamos en metro en 7 min de reloj que no oscilan con el clima: siempre 7, por mucho borracho que haya en las vías. De ahí a la facultad, que tiene su propia parada de metro en la puerta, y en la que me tengo que sostener sobre mis tersos glúteos 4 horas del tirón, porque ellos viven la vida a tope y no quieren dejar escapar el conocimiento. Tanto es así que reponen fuerzas durante la clase, ya sea con una barrita de muesli, una manzana, un baggel "surise chicken", o unos cereales con leche (tan verídico como jurídico).
Te despejas pronto del colocón del tema porque el frío pega que no veas, aunque, para los de Madrid, os adelanto que ya estáis aclimataos, más o menos...
A lo tonto ya estamos en la hora de comer, pero como las tradiciones son lo primero, nos esperamos hasta las 2, que es cuando ponen comida buena por 2,5€ en la Mensa o Servicio de Comidita Barata pal Estudiante. Ahí ya confluyo con más estudiantes, planeamos la conquista del mundo para ese mismo momento; comemos; y luego cada uno a su casa. Yo me quedo por ahí aprendiendo las 30 palabras diarias que me autoimpongo, porque poner ya pongo a los demás.
Deporte, alguna aventura, compra y margen de error cubren el resto del día, que ya no lo es a las 5 o las 3, depende de cómo ande de revuelto el tiempo.
Sobre el clima no pienso hablar, que ya está muy sobado el tema. Hace malo, punto.
Y ya.

2 comentarios:

  1. Viva, viva, has vuelto! Las rutinas son la sal de la vida, permiten saber lo q harán los otros, aumentando la confianza mutua y así el capital social (Putnam dixit; más o menos).

    Saludos!

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  2. Glad you're back!
    muaaaaak

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