La mañana del 5 de agosto de 1962 mi socio, el Dr. Abott y yo, recibimos el encargo más importante de nuestras carrerras…
- Creo que Abott es con dos “b”.
- Gracias, Dr. Babott, y perdone por las molestias. Y main the gap.
- No soy su socio, doctor, sino su conciencia en forma de Leonarno di Caprio, porque Mark está ocupado con la promo de los Vengadores 2, pero gracias por la deferencia y por este humus casero sin apenas aceite, ni sal, ni especias.
- Es tope sano.
- A otro con esas, Sportacus, que aún me debes pasta.
- Yo jamás tomo carbohidratos, y menos estando en el aire.
- El tiempo pasa, doctor, y los barbitúricos no perdonan. Yo que usted, apuraba el café, por mucho que el poso le dé grima, porque Lidl no tiene en cuenta como factor determinante del fracaso de una economía familiar la obsesión por los helados de juventud, ni la dosificación desmesurada de café.
- ¡Protesto! Solicito que se tenga en cuenta el Winner Taco. Pero volvamos al tema de la conversación, teniente.
Aquella tórrida mañana, en la que Yandel aún estaba amortizando su camiseta de tirantes y Marc Anthony perdía un kilo más, el servicio forense del departamento de Policía de Los Ángeles, pronunciado “los ényeles”, había solicitado nuestra colaboración en el caso que ya envolvía el almuerzo del proletariado local. La chica, de muy buena familia, a pesar de encontrarla con Uggh, yacía con su última conexión de hace menos de una hora y el panel de emoticonos abierto. ¿Una pista?
- Lo siento, pero no soy corredor.
- Pero no hay sábado que perdones el Decathlon, ¿eh?
- Es que tiene un departamento comercial tan influyente a corto plazo…
- Núcelar, la palabra es núcelar.
El caso es que mi corbata era casi tan ancha como larga y la joven presentaba síntomas evidentes de haber invertido en Red Bull lo que desperdició durante la evaluación, y manchas rojas en la cara interior de la muñeca derecha.
- ¿Un bar?
- Según sales a la derecha. Libertad, que así se llamaba mi socio, había sido también mi compañero de fechorías desde que en 3er grado hiciese explotar una rana y él guardase cómplice silencio. Por entonces yo quería ser autor de novelas picantonas, pero llegada la hora de la verdad, ni Somatoline Cosmético intensivo noche funciona, ni le vi salida. Nos conocíamos bien, como Kalia a su target, y bastó sólo una mirada para saber que aquel asunto nos traería más problemas que Nasty Gal.
- ¿Y cómo acabó el caso, abuelo? ¿Atrapasteis al asesino? ¿Ana Belén siguió caminando a cámara con el bolso orgullosamente cruzado?
- Haces demasiadas preguntas para ser hijo de un millennial. Te diré lo que le dije a tu madre cuando era pequeña: la respuesta a todo es: Dalsy.
Ahora toma tu tigre de peluche e inspírame.
¡Qué pasa, artistas! ¿Girando vuestro asiento previo resoplido por superemoción? Te quiero en mi equipo. Recobrando la consciencia del día y año en el que vivo, me meso la barbilla rememorando tiempos pasados mientras humea mi pipa. Y es que resulta que Bicentury tiene nuevos sabores y que marcha para su tierra mi muy querido Mr. Moon, para que se cumpla lo que estaba escrito: dejad que vuestros hijos vivan salvajes y libres. Casi dos lustros le han vuelto el flequillo del revés y más llano, más abierto y más humano. Lo de desposarlo con un príncipe o un dentista está abierto, como las mansiones de desintoxicación para Miley, y más ahora que la corte ha rebajado el listón a modelos/actores y no todo lo contrario, Lenny. Sin embargo, tu padre y yo hemos decidido que lo mejor para tu futuro y nuestro yate es que vayas a un internado americano todo el verano. No se nos escapa que alternarás con chicos mucho mayores, pero es que el tema del casting va así, porque si no nos salen niños prodigio Disney, con todo lo que ello implica.
-¿Fajitas gratis para todos?
- Eso, Marcus, no es así. Y tras este gominazo para atrás y reajuste de corbata (pausa para gominazo y reajuste de corbata), te sigo contando que el muchacho nos deja. A mí no, que ya estaba a más de 300 Km y otros tantos radares, sino a los más de 100.000 picapleitos que dicen conocerle como a un hermano en la firma para la que trabajaba.
- ¿Era grafólogo?
- Efectivamente y no. Toma un Mcflurry con sabor Cornetto.
- Pero si eso no ha llegado a España, Sr. Maclur.
- Nada más lejos, pequeño Timmy, pero no te ahogues.
Total, que cierra una etapa que pocos hemos tenido la suerte de abrir, y sin dejarnos los dedos. Han sido unos años sabrosos, llenos de avellana, azúcar, dibujitos, musicote, operaciones, pizzas, muebles, mudanzas, rayos y retruécanos, libros y apuntes, tuits, tangas de papel, expedientes y otras cosas bonitas. Como no tiene más que para coger el tren de Journey, y aún es de día, confío en que no irá muy lejos, al menos por ahora.
En cualquier caso, sé que “abrefácil” condensa la ironía de mi tiempo, y que vaya donde vaya, siempre podremos volver a saltar con nuestros moon shoes.
- Eso ha estado muy bien, pero yo le he pedido únicamente el certificado fitosanitario del sujeto y su palabra de que si la infección se extiende, llevará ropa buena de colores sufridos y una canción en el corazón.
- Mi prioridad será, casi con toda seguridad, recolectar toda la mozzarella di búfala que pueda.
- Esa aptitud no ha sido validada en LinkedIn. ¿Realmente está usted preparado, o es que acaso busca desquiciar a sus contactos con un perfil que no se corresponde con la realidad?
- Esta fiesta de cumpleaños ha ido demasiado lejos. Mejor me vuelvo a La librería de la sombra del viento, que prometía un montón.
- Besitos, machiño.
- Enhorabuena, cabrón.
¡Acabo de leer esto! Y casi lloro (True Story). Que bellas palabras. Nos echaremos de menos, pero no en falta. Porque algo duele en el alma cuando un amigo deja Madrid, aunque sea para bien. Yo te llevo en mi corazón allá donde vaya con mis moon shoes, por supuesto.
ResponderEliminar¡Un fuerte, fuerte abrazo!