Shub bi dú, bidubidú du, bidú... (8) ¡Para el coche, que yo conozco a ese pollo! ¡Qué pasa, artista! ¿Cómo andas? ¿Sopesando si opositar o trabajar en el Zara de Edimburgo? No cambies nunca. Y para que así sea, métete en esta bañera llena de carbonita.
- Perdona, pero eso de llevar dobladillo en los pantalones cortos no lo entiendo, y no te conozco, más allá de dimes y diretes y algún posible amigo común.
- ¿Y si hago así con las manos?
- Me anodadas, pero no cobras nuevo sentido, como la palabra "Manolos" de un tiempo a esta parte.
- No estoy seguro de si guardar ya la ropa de invierno, ni de que mi educación católica me permita entenderte, como con las canciones de modernos.
- Es que sus almas están vacías, como sus mañanas de domingo.
- Y por eso irán al infierno.
- Yo iba a decir al Badulaque, pero ese hombre de ahí me ha hecho sentirme incómodo mientras miraba ropa y me he salido de la tienda.
- Eso explica tu tatuaje loco del hombro, por qué si tu padre es Frankenstein y tu madre vampiresa, tú eres hombre-lobo, y tu confusión, querido mecánico de Ferrari.
- Sabes hacerme sentir especial, como Carlos Baute a cualquiera, y por eso le he dicho a mi albacéa que ni se le ocurra hacerme caso hasta que se me pase el hechizo Disney de no mentir.
- Eres abogado, ¿estás seguro de lo que dices?
- Sí.
- ¿Seguro?
- ¿Tengo que confirmar la reafirmación?
- No, con la comunión me vale. ¿Quieres que te cuente a qué me dedico sin comprometer a los ciudadanos de Gotham?
- La bola de billar gigante dice que tal vez.
- Con menos se modifica la Constitución. ¡Qué pasa, artistas! ¿Agregando a gente que se ha dejado el email puesto en el ordenador de la biblioteca? Eso no tiene futuro, como forrar los libros si el año que viene no los va a heredar nadie.
- ¿Qué haces? ¿A quién saludas?
- Uy, perdona, es la traditio. Pues estoy a punto de cerrar oficina, porque empieza el estío y este año el Kun no fichará por el Madrid, y yo no trabajaré en sentido estricto.
Por lo pronto, parto a ver Italia por dentro, que por fuera la tengo muy vista, y ya sé que plátano no es. Luego visito los Pirineos, porque los invito cada año pero nunca vienen. No les culpo, sé que la culpa es de ella, que quiere que sea un triunfador y piensa que mi compañía no le conviene. Y ya, para cerrar el ciclo de la vida que Rafiqui abrió hace ya un tiempo, marcho a Canadá, donde no se venden neveras.
- Lo creas o no, 1€ no son 100 pesetas, y no me has contado a qué te dedicas.
- Iba a hacerlo, pero he ido leyendo en tu rostro el desinterés. ¿Me lo firmas?
- ¿Eres relaciones de algún garito? Dímero ahora, liémonos luego y vete a tu cama de flyers después.
- No, a lo último. Soy freelance, un todoterreno muy fiable, de diseño gráfico. Me va fantástico, pero ahora tengo que tomar una decisión: salvarle la vida a mi mejor amigo, que es una tostadora que viaja en el tiempo, o comprarme esa chupa en rebajas. Sé que no me la voy a poner de inmediato, pero es que, si no, el costo es inasumible.
- ¿En francés?
- Inasumibleu.
- Pues yo quería sacarme otro Máster, pero el trabajo que necesito para pagarlo requiere de ese Máster.
- Me aburren tus problemas analógicos. ¿Nos tomamos un café?
- ¿Ahora?
- No, un día que no pueda, ¿es que no has visto nunca Gossip Girl? Es una forma de despacharte con elegancia, como matar con una pistola de diamantes negros, porque el negro estiliza.
- Escríbeme con lo que sea.
- No sé por quién me tomas, pero no soy tan mañoso.
- Perdona, pero eso de llevar dobladillo en los pantalones cortos no lo entiendo, y no te conozco, más allá de dimes y diretes y algún posible amigo común.
- ¿Y si hago así con las manos?
- Me anodadas, pero no cobras nuevo sentido, como la palabra "Manolos" de un tiempo a esta parte.
- No estoy seguro de si guardar ya la ropa de invierno, ni de que mi educación católica me permita entenderte, como con las canciones de modernos.
- Es que sus almas están vacías, como sus mañanas de domingo.
- Y por eso irán al infierno.
- Yo iba a decir al Badulaque, pero ese hombre de ahí me ha hecho sentirme incómodo mientras miraba ropa y me he salido de la tienda.
- Eso explica tu tatuaje loco del hombro, por qué si tu padre es Frankenstein y tu madre vampiresa, tú eres hombre-lobo, y tu confusión, querido mecánico de Ferrari.
- Sabes hacerme sentir especial, como Carlos Baute a cualquiera, y por eso le he dicho a mi albacéa que ni se le ocurra hacerme caso hasta que se me pase el hechizo Disney de no mentir.
- Eres abogado, ¿estás seguro de lo que dices?
- Sí.
- ¿Seguro?
- ¿Tengo que confirmar la reafirmación?
- No, con la comunión me vale. ¿Quieres que te cuente a qué me dedico sin comprometer a los ciudadanos de Gotham?
- La bola de billar gigante dice que tal vez.
- Con menos se modifica la Constitución. ¡Qué pasa, artistas! ¿Agregando a gente que se ha dejado el email puesto en el ordenador de la biblioteca? Eso no tiene futuro, como forrar los libros si el año que viene no los va a heredar nadie.
- ¿Qué haces? ¿A quién saludas?
- Uy, perdona, es la traditio. Pues estoy a punto de cerrar oficina, porque empieza el estío y este año el Kun no fichará por el Madrid, y yo no trabajaré en sentido estricto.
Por lo pronto, parto a ver Italia por dentro, que por fuera la tengo muy vista, y ya sé que plátano no es. Luego visito los Pirineos, porque los invito cada año pero nunca vienen. No les culpo, sé que la culpa es de ella, que quiere que sea un triunfador y piensa que mi compañía no le conviene. Y ya, para cerrar el ciclo de la vida que Rafiqui abrió hace ya un tiempo, marcho a Canadá, donde no se venden neveras.
- Lo creas o no, 1€ no son 100 pesetas, y no me has contado a qué te dedicas.
- Iba a hacerlo, pero he ido leyendo en tu rostro el desinterés. ¿Me lo firmas?
- ¿Eres relaciones de algún garito? Dímero ahora, liémonos luego y vete a tu cama de flyers después.
- No, a lo último. Soy freelance, un todoterreno muy fiable, de diseño gráfico. Me va fantástico, pero ahora tengo que tomar una decisión: salvarle la vida a mi mejor amigo, que es una tostadora que viaja en el tiempo, o comprarme esa chupa en rebajas. Sé que no me la voy a poner de inmediato, pero es que, si no, el costo es inasumible.
- ¿En francés?
- Inasumibleu.
- Pues yo quería sacarme otro Máster, pero el trabajo que necesito para pagarlo requiere de ese Máster.
- Me aburren tus problemas analógicos. ¿Nos tomamos un café?
- ¿Ahora?
- No, un día que no pueda, ¿es que no has visto nunca Gossip Girl? Es una forma de despacharte con elegancia, como matar con una pistola de diamantes negros, porque el negro estiliza.
- Escríbeme con lo que sea.
- No sé por quién me tomas, pero no soy tan mañoso.
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