A preguntas retóricas, respuestas retóricas. Reflexiona.













¿Qué es eso que brilla?
- Es la luz al final del túnel, y tú la has visto. Ahora tendrás que morir, o mirar a esta otra luz para olvidarlo todo. ¿Qué eliges? Piénsalo bien, la vida está bien, pero la muerte puede ser cualquier cosa, incluso un barco.
- A pesar de lo que pueda mostrarme el atractivo Smithers, primo lejano, donde Apu comenzó como doblador, me tengo que decantar por la referencia a Men in Black. 
- ¿Y qué se supone que debo hacer yo ahora? ¿Ves esto? Es mi mejor cuchillo, el de perfilar. Tu egoísmo me da nauseas, pero me sobrepondré y no dejaré a Willson esperando más, y así el pedido podrá recibir el OK del cliente, que no necesita cambio, y la pequeña Lucy podrá seguir su camino hacia América, donde sustituirá el tomate frito por el ketchup, y se cambiará el apellido por algo igual de oriental, como... no sé... ¿Lao Tse Tung? 
- Eso nos puede traer problemas, Jack, pero eres guapo, lo bastante como para protagonizar un remake de 12 hombres sin piedad. Tenemos que meterle explosiones, o Channing Tatum copará todo el mercado. Pero a lo que íbamos: tu trabajo como Benjamin Button no era consistente. No nos dejaste conocerte y eso, amigo mío, eso es un bistec de jabalí con salsa de trufas a la foie, que contiene tres vocales y se pronuncia con las dos restantes.
- A lo que vamos, ¿me vas a flashear o qué? 
- ¡Claro! Pero antes tengo que darte a saber los términos y condiciones, que no quiero problemas con los cookies. Así que acepta expresa o tácitamente, es decir, meneando tu taza, y continuemos con la conquista del espacio exterior... quiero decir: con tu amnesia. ¿Quiere evitar los peajes? 
- ¿Y ahora por qué no me tuteas?
- Porque dejo los asuntos sin acabar y cuando los retomo no me lo releo, o a lo mejor es porque mientras te contestaba hemos secuestrado a la hija de Liam Neeson para una tercera película. Timing, ese es el secreto de una piel joven y unos órganos que necesitarán que te conviertas en el próximo gobernador de California para poder costearte los trasplantes. Sé lo que me vas a decir, yo también quería poner "transplantes", pero si lo hago, Google me llama viejo. Google puede pensar que soy viejo, ¿entiendes?
- ¿Y tú te lo crees?
- Yo me creeré lo que tal vez recuerde de otras películas como "Le llamaban Trinidad", "Le seguían llamando Trinidad" o "Blade Trinity", así que siéntate que vamos a ver toda tu vida.
- Pero si no he elegido muerte por kiki.
- Ya, ¿y? La cosa va así y tú no puedes cambiarlo. ¿Tienes Twitter? Lo que me temía... Así que ni se te ocurra empezar una revolución desde tu cama, Liam. Primero veremos tu vida. De las cosas que no te acuerdes, porque has elegido la opción sin peaje, se rellenará con una versión loable de lo que podría haber ocurrido, pero para no quitarle toda la ficción que no supera a la realidad, le pondremos, aleatoriamente, disparates de nivel "comedia romántica", como hacen en el FIFA. Después aprenderás una valiosa lección de la que Clint Eastwood hará una película, y luego lo olvidarás todo. Es cruel, pero justo.
- Acepto a regañadientes, pero no daré mi número de contacto, que estaré en casa toda la tarde.
- Sea. Vamos a empezar sin seguir un orden concreto, así que nos remontaremos al 11 de mayo de 2013, por ejemplo. En esa ocasión no hubo el saludo habitual, cosa que desconcertó a muchos, pero esto no es el Congreso, ¿verdad? Estabas a tope con el tramo final del Máster of the Universe, así que por eso se te perdonó el abandono, pero lo de la pensión, no. Ahí fuiste demasiado lejos, Lionel.
El caso es que superaste el trance y poco tardaron en venir los de S.H.I.E.L.D. para que te incorporaras. El dress code era bastante abierto, así que no supiste decir que no. El logopeda era una cosa bastante habitual en tu tiempo, pero erais demasiado pobres como para compraros las rocas que se necesitaban. Poco tiempo después estabas instalado en la capital y, sin vacaciones mediante, y a lo tonto, ya han pasado dos meses desde tu debut. ¿Estás contento? No entres ahí. Es importante respetar las pausas dramáticas. ¡Uy! Ya está aquí la pizza. ¿Te parece que lo dejemos para otro día?
- Pero ¿me vas a borrar la parte proporcional a lo que hemos recordado?
- Eso depende del profesor Frink, hijo. 
- Pasaré a recoger el elefante por la mañana.

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