Enamorado de ti, muriéndome por tus besos [...] rezaba la canción. Dios salve a Tijeritas y, si tiene tiempo, a la Reina.
¡Qué pasa, artistas! ¿Qué, hemos sudado ya el whiscola de anoche? Claro que sí, que con la caló que ha hecho hoy bien se terciaba una Cruzcampo.
- Pero eso es publicidad sin disimulo.
- Y el saludo el de siempre, pero no estamos jugando a las obviedades.
Este finde creo que os he atendido en suficiencia, máxime si se me tiene en cuenta la cantidad de trabajos tontos de los que me he ocupado, cuidando, a la vez, de un matrimonio que amenaza con desplomarse por culpa de la rutina, 2 hijos adolescentes y una secretaria buscona. Zorra.
De manera que la semana entrante me vais a disculpar si me dedico en exclusividad a cultivar mi yo interior, que me reclama a fuerza de escándalos en clase, novios de quita y pon y quita y pon, ahora cambia, si, aha (take on me en inglés), y piercings de los que se va a arrepentir más pronto que tarde. Porque ya le he dicho yo que cuando la tengan que lavar de mayor un piercing en el ombligo será más molestia que otra cosa.
Total, que el martes a más tardar nos iremos Piedrahíta y yo a la cola del Registro Central, léase las 6:30 de la noche...
- ¿De la noche? Será de la madrugada, que esto no es Connecticut y no anochece a la media tarde hora local, según meridiano Greenwich.
- Ya, pero tampoco se viene Piedrahíta y eso no me lo corriges, con que, que sepas, que tu labor de desgaste no te va a dar ningún rédito social, Lady Cotilla. Esto me recuerda que tengo que comprar fruta.
Y como iba diciendo, con semejante madrugón voy a tener que empezar a usar produztos cosméticos de los que prueban en zorras, para que lo usen las zorras. Zorras. Pero, ¿de verdad es ese el camino que quiero tomar? El éxito me espera micro en mano a la vuelta de la esquina, pero no me veo en Rock in Rio. Quizá si mi padre fuese a la vez mi manager, consejero en la vida y administrador de todos mis bienes hasta los 18... ¿Merece la pena cambiar la privacidad por mi propia linea de ropa? Si con cambiar algo del Bershka yo creo que bastaría, pero ya lo de confesarme casto hasta el matrimonio... Es cierto, sí, pero no tengo el valor de compartir escenario con los Jonas Bro. Un beso para Kevin.
En fin. Creo que eso ha sido todo, querido diario. Mañana más. ;)
¡Qué pasa, artistas! ¿Qué, hemos sudado ya el whiscola de anoche? Claro que sí, que con la caló que ha hecho hoy bien se terciaba una Cruzcampo.
- Pero eso es publicidad sin disimulo.
- Y el saludo el de siempre, pero no estamos jugando a las obviedades.
Este finde creo que os he atendido en suficiencia, máxime si se me tiene en cuenta la cantidad de trabajos tontos de los que me he ocupado, cuidando, a la vez, de un matrimonio que amenaza con desplomarse por culpa de la rutina, 2 hijos adolescentes y una secretaria buscona. Zorra.
De manera que la semana entrante me vais a disculpar si me dedico en exclusividad a cultivar mi yo interior, que me reclama a fuerza de escándalos en clase, novios de quita y pon y quita y pon, ahora cambia, si, aha (take on me en inglés), y piercings de los que se va a arrepentir más pronto que tarde. Porque ya le he dicho yo que cuando la tengan que lavar de mayor un piercing en el ombligo será más molestia que otra cosa.
Total, que el martes a más tardar nos iremos Piedrahíta y yo a la cola del Registro Central, léase las 6:30 de la noche...
- ¿De la noche? Será de la madrugada, que esto no es Connecticut y no anochece a la media tarde hora local, según meridiano Greenwich.
- Ya, pero tampoco se viene Piedrahíta y eso no me lo corriges, con que, que sepas, que tu labor de desgaste no te va a dar ningún rédito social, Lady Cotilla. Esto me recuerda que tengo que comprar fruta.
Y como iba diciendo, con semejante madrugón voy a tener que empezar a usar produztos cosméticos de los que prueban en zorras, para que lo usen las zorras. Zorras. Pero, ¿de verdad es ese el camino que quiero tomar? El éxito me espera micro en mano a la vuelta de la esquina, pero no me veo en Rock in Rio. Quizá si mi padre fuese a la vez mi manager, consejero en la vida y administrador de todos mis bienes hasta los 18... ¿Merece la pena cambiar la privacidad por mi propia linea de ropa? Si con cambiar algo del Bershka yo creo que bastaría, pero ya lo de confesarme casto hasta el matrimonio... Es cierto, sí, pero no tengo el valor de compartir escenario con los Jonas Bro. Un beso para Kevin.
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