Y aquí viene el agraciado ganador del premio, nada más y nada menos que un Dodge último modelo, mientras vemos cómo el presidente de la compañía le hace entrega de las llaves y el cheque de dimensiones gigantestas, que simboliza el título en la compraventa romana y ameniza el evento.
Como es menester, el homenajeado saluda al público, que replica generosamente con vivas y vítores: ¡Viva el Régimen! ¡Hurra! ¡No hay lugar como el hogar, y sin comunistas, más!
Qué tiempos aquéllos, ¿verdad? Yo aún lo recuerdo con fuerza, como si aún Matías Prats Senior me lo relatase al oído sin caer en el acoso con imágenes enloquecidas. Qué fácil era marcar un gol en esa época, ¿verdad? Pues lo era, porque Pelé hizo 1000. Lo chungo era encontrar un chandal, porque la evolución de la moda, aunque frenética, todavía limitaba su uso a sacar la basura. Eso para el caballero, claro, porque la señora lucía un estupendo conjunto de bata, rulos y zapatillas de andar por casa.
Pero el caso es que domingo o no, se estilaba el bigote bien perfilado. Hacía tan masculino... A cambio de sacrificar tan solo la movilidad del labio superior se obtenía un aire señorial, viril, limpio, decente. Yo no me casaría con un hombre sin bigote y así lo entendió la totalidad de las mujeres de entonces. Fueron años trágicos para los barbilampiños, que, una vez descubierto el postizo, iban directitos a la carcel, y luego no había quien reservase iglesia. Y así mi Paco, que conserva los trazos de su primer bigote, descansa esperando que le lleve la cena al sofá, que es la nueva mesa.
Y ahora corta plano y dile a los muchachos que recojan el escenario, que yo tengo que explicarle a estos señores que la barba de una semana o los sucedaneos de mostacho no son una opción, como tampoco la luz apagada lo es.
Vosotros habéis nacido en una época de libertades y derechos y psicología y abonos tranporte, pero no ha mucho tiempo la gente se hablaba de usted, llevaba sombrero y veraneaba en Torrevieja. No os molestéis en documentaros en la biblioteca en esos ordenadores donde aparece la noticia del día del crimen exacto que estáis investigando como soporte para la policía local, porque eso sólo pasa en Utah, Iowa y cualquier otro Estado con nombre gracioso. En embargo, creedme a mí cuando os digo que llegará el día en que tendréis que incorporaros a la vida adulta nivel 6, al que sólo se llega con un todopoderoso bigotazo. Patillas; perilla pirata; perilla motera; perilla mosquetera; mosca; perilla de Shagy; bigote decimonónico; bigote charlot-hitleriano; bigote de angel del infierno; bigote cantinflero; barba de una, dos o sucesivas semanas, perfilada o no NO son bigote y, por tanto, tampoco una obligación.
Dejadme que reponga aliento con mi marca de cigarrillos favorita y.... ooohhh... eso es.
Total, que si queréis aparentar autoridad, conseguir un montonaco de dichos y frases hechas, saber todo lo que se puede saber de mecánica, ferretería y musicales pro-ce-ded. Así lo ha entendido Casillas y así lo hemos contado.
Como es menester, el homenajeado saluda al público, que replica generosamente con vivas y vítores: ¡Viva el Régimen! ¡Hurra! ¡No hay lugar como el hogar, y sin comunistas, más!
Qué tiempos aquéllos, ¿verdad? Yo aún lo recuerdo con fuerza, como si aún Matías Prats Senior me lo relatase al oído sin caer en el acoso con imágenes enloquecidas. Qué fácil era marcar un gol en esa época, ¿verdad? Pues lo era, porque Pelé hizo 1000. Lo chungo era encontrar un chandal, porque la evolución de la moda, aunque frenética, todavía limitaba su uso a sacar la basura. Eso para el caballero, claro, porque la señora lucía un estupendo conjunto de bata, rulos y zapatillas de andar por casa.
Pero el caso es que domingo o no, se estilaba el bigote bien perfilado. Hacía tan masculino... A cambio de sacrificar tan solo la movilidad del labio superior se obtenía un aire señorial, viril, limpio, decente. Yo no me casaría con un hombre sin bigote y así lo entendió la totalidad de las mujeres de entonces. Fueron años trágicos para los barbilampiños, que, una vez descubierto el postizo, iban directitos a la carcel, y luego no había quien reservase iglesia. Y así mi Paco, que conserva los trazos de su primer bigote, descansa esperando que le lleve la cena al sofá, que es la nueva mesa.
Y ahora corta plano y dile a los muchachos que recojan el escenario, que yo tengo que explicarle a estos señores que la barba de una semana o los sucedaneos de mostacho no son una opción, como tampoco la luz apagada lo es.
Vosotros habéis nacido en una época de libertades y derechos y psicología y abonos tranporte, pero no ha mucho tiempo la gente se hablaba de usted, llevaba sombrero y veraneaba en Torrevieja. No os molestéis en documentaros en la biblioteca en esos ordenadores donde aparece la noticia del día del crimen exacto que estáis investigando como soporte para la policía local, porque eso sólo pasa en Utah, Iowa y cualquier otro Estado con nombre gracioso. En embargo, creedme a mí cuando os digo que llegará el día en que tendréis que incorporaros a la vida adulta nivel 6, al que sólo se llega con un todopoderoso bigotazo. Patillas; perilla pirata; perilla motera; perilla mosquetera; mosca; perilla de Shagy; bigote decimonónico; bigote charlot-hitleriano; bigote de angel del infierno; bigote cantinflero; barba de una, dos o sucesivas semanas, perfilada o no NO son bigote y, por tanto, tampoco una obligación.
Dejadme que reponga aliento con mi marca de cigarrillos favorita y.... ooohhh... eso es.
Total, que si queréis aparentar autoridad, conseguir un montonaco de dichos y frases hechas, saber todo lo que se puede saber de mecánica, ferretería y musicales pro-ce-ded. Así lo ha entendido Casillas y así lo hemos contado.
0 comentarios:
Publicar un comentario