¡Qué pasa, leggineros de vinilo!
Ay, ¿a que estabais asustados con esto de que tuviera un retraso? Pues espantad los temores, que no estamos embarazados. Aunque bien es cierto que podría haberme pasado algo. Barajamos las siguientes opciones:
- Secuestro a mano armada. Daos cuenta de que soy un personaje público y pueden intentar tomarme acaloradamente. Yo sólo opondría mis argumentos, actitud serena y mi mejor perfil.
- Iba en un avión y bueno, bueno, bueno... Caigo en una isla desierta, sobrevivimos unos pocos, no nos localizan, la isla resulta no ser lo que parece, el Golosina intenta secuestrarme,... Pero esto nos introduciría en un bucle o loop, con n limitaciones, lo que da pie a 3.
- Semejante genio ha sido alcanzado por un remate certero de Cupido, pido, pido, que yo no he sido. Vamos que me sobreviene un enamoramiento de estos tontos que te quitan el tiempo y los amigos te dicen que no te conviene, que lo estás sobredimensionando todo, que sólo vas a conseguir soterrar tu herencia por anticipado y esas cosas. Bueno, ¿y si quiero eso? Pues mira, sí, lo quiero. Lo quiero todo: vertiginosas subidas, caídas en picado, relajadas mesetas...¡todo!
- Un libraco me tiene absorto y no consigo desembarazarme de él. Claro, ponte que es muy muy bueno, ¿qué hago? ¿Rompo el tan conseguido ritmo? No, hombre, no. ¿Tú sabes lo que cuesta imprimirle dinamismo bastante a una historia con cuerpo y que te lo publiquen?
- El trabajo, amante exigente, me tiene absorbido y escuálido porque optimizo mi tiempo ingiriendo lo mínimo para no morir, esto es, me escapo a la cocina, dos cucharadas de nocilla y 1l. de agua, todo a la vez.
Pues bien, como soy un ente no podrían pasarme esas cosas, pero además resulta que soy muy celoso de mi intimidad, con que no cuela, muchachos. No obstante, sabed que hay gente que cuando mira al sol ditectamente, amén de perjudicarse la vista, estornuda. ¿Están locos? No. Bueno, en principio no. Lo que pasa es que hay un cruce de impulsos neuronales. Es lo que pasa cuando compartes piso.
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