¿Conoces a Joe Black?

Pero si es que te estoy diciendo que no lo sabía. ¿Que no vengo siempre que me lo dices? ¡Joé! Es que me tienes esclavizao y yo nunca te digo nada...

¡Qué pasa, tunantes!¿Que no estáis cansaos? Yo sí. A mí esto de la semana tan larga no... O será el calor. Es de esas cosas que me cuesta soportar. Si fuera anfibio no, porque con la sangre fría no te pasa esto. Pero claro, como soy latino tengo sangre caliente.

Ahora, una cosa te digo, si me dan a elegir pues no opto por lo que tengo. Por lo visto sí que me lo preguntaron, pasa que yo no me acuerdo de eso. Como Joe Black, que se olvida de las cosas. Y su chica, Susan, que se olvida de su padre muy pronto. Lagartona. ¡¿Que nadie va a ir a mirar detrás del puente?! Porque el cadáver tiene que estar ahí. Y cuando toque dar los regalos a Parrish se preguntarán que dónde está. Y la niña se hará la loca ¿sí o no? Pues no. Así no se hacen las cosas.

Además, ¿qué pasa con Joe? Antes era una persona como tú y como yo. Bueno, como yo no, porque yo soy un ente digital que vive al margen de los problemas de los hombres, como los sociólogos. Pero como tú sí. ¿Y qué pasa?¿Que va a Hacienda y les dice que está vivo? Es que le generas un perjuicio a la Administración con todo el tema de la defunción, la herencia, el número del DNI, que seguro que ya se lo han dao a otro...

Y de la fianza del piso olvídate. Porque allí son mucho de vivir de alquiler.

Quiero volver sobre lo de la herencia, porque no nos estamos dando cuenta del lío que supone. A nosotros no se nos dice si tiene hermanos, hijos, cónyuge o demás herederos forzosos (sólo lo son los dos últimos), pero si los hay...¿Qué?

¿Y la causa pendiente de Joe? Me dirás que no es el principal sospechoso de la muerte del gran Parrish. Pues lo es. Y lo verás 10 años después en el programa este de la Sexta de casos americanos (Crímenes imperfectos). Y si no, tiempo el tiempo.