Klank, klank, klank

La botella sigue vacía. Como yo.
Me duele la cabeza. Bueno, en realidad no me duele. Siento cómo una yema de mercurio me golpea los lados cada vez que oigo las "p", "t" y "k" de Lucie O'Brian, aunque empiezo a pensar que me dolería igual sin llegar a oírlas.
Miro hacia la puerta, en busca de algo/alguien que se la lleve, como un tren, pero no pasa nada y Lucie sigue ahí, hablando. Y yo la miro y pienso en la cara que tengo que tener. En los gestos, la carne, la sangre y en los sentimientos. Los sentimientos. Se presume que los tengo, igual que todo lo demás. De hecho, si en aquel accidente no hubiera visto los miembros desparramados,los huesos partidos y desubicados y, claro está, toda esa sangre, pensaría que tampoco existen.
En principio, el cuerpo se alía con los sentimientos para darles vida. Un sentimiento late en tu interior y, como consecuencia, esgrime una reacción físicamente apreciable. Si estás contento, sonríes. En principio.
Yo sigo plantado delante de mi compañera de trabajo mientras sonrío. Por supuesto que no estoy contento, pero sonrío. Debe de haber millones de personas que se identifiquen conmigo en este momento y aún más que empaticen. No obstante nadie acude en mi ayuda
En este punto no puedo determinar si lo que me recorre es ira, odio, frustración, pesar o alegría, porque soy incapaz de sentir. En sentido estricto puedo catalogar las emociones que debería sentir por la acción de mis músculos, nervios y sangre. Pero eso no es sentir. Deberia sentir una punzada en la conciencia si veo a alguien pegar a un perro gratuitamente, pero no la siento. Deberia sentir un cosquilleo cuando una chica me besa, pero no lo siento.
Sólo siento indiferencia y humedad, nada más.
Ésto podría aislarme de mis congéneres, como mis compañeros de trabajo, por ejemplo. Aunque lo cierto es que no. Soy de los más populares aquí. Incluso tienen una coletilla para mí: ¡Qué loco estás!
No lo saben bien. De hecho, si lo supieran, no volverían a dirigirme la palabra. No creo ni que osasen mirarme.
Si pudieran ver lo que yo veo como yo lo veo tendrían que medicarse para hacer siquera soportable su existencia. Pero no lo hacen. Así que yo sigo aquí, asintiendo a cada estúpida pregunta de Lucie.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

A ti, querido amigo:

He de agradecerte que hayas decidido visitar mi Blog (no cabe duda de que tienes un gusto exquisito). Y si en realidad has tropezado y caído aquí, o sólo has entrado para ver cómo se salía, te invito a que te des una vuelta. Aunque recuerda: se toca, pero no se mira.

El Consultorio de César

Aquí tenéis la cuenta de correo a la que podéis dirigiros para las dudas, sugerencias e insinuaciones. Usadlo con moderación: soycesarpaul@gmail.com