Suéltalo, Frank

Dale otro bocado. Total, ¿cuál es la diferencia entre estar muy lleno y estar muy muy lleno? Ninguna. Estadística pura, me dijo mesándose la barba.
Desde luego que no esperaba esa respuesta, claro que nunca se sabe cuando hablas de dinero con un funcionario. Novato.
Me miré el regazo y el chiquillo soltó un suspiro profundo. Es normal, los minutos pasan hoy muy despacio, lo dijo anoche el hombre del tiempo.
Coja el formulario mod. 129. Rellénelo y pase por aquella ventanilla, no sin antes pedir cita, no se crea. Explique todo tal y como pasó, o no.
Me censurarán y el texto final ganará un Oscar. Experimental, sí. Descuidado, no lo creo.
Es un genio. Un visionario. Vomitó sobre el papel y al sacudirlo se escurrió el guión. McNífico. Míralo. Fruto de mi vientre. Al principio no me parecía tan guapo, pero cuanto más lo miro, más orgulloso me siento de él. Hace gracias y amaga con decir mi nombre, pseudónimo, por supuesto.
Ayer, paseándolo, me lo vio un productor y quiso tocarlo. 5€ por ella. Es él, dije yo, x2 y es suyo. Aceptó. Expedí un falso pagaré y huí con el botín. ¡Corre, niño, que quieren gravarte!
Tiramos cubos de basura, cajas de cartón y cocineros chinos en la hora del cigarro y lo dejamos atrás. Tropezó con Tony Ja y nos obvió. La SGAE hizo sonar la sirena. Sabina rasgó el megáfono y Serrat le rió la gracia, pero no nos movimos. Le pinté una de piratas y pasamos desapercibidos.
De camino a casa le compré un donut, aunque sé lo de las grasas saturadas.
En el metro una señora se levantó para dejarle el asiento. Él no respondió. Es que es de suspense, aclaré.
No por mucho tiempo, insinuó desde el fondo del vagón un hombre soterrado en su gabardina. Las balas silbaron. Gritos. Que no panda el cúnico. Procedamos con la conducta P.A.S. y Santas Pascuas.
Salimos de ahí. No puedo pormenorizar cómo. Me peiné la 7ª vez del día y andando, que es gerundio, pusimos camino al siguiente escenario.
El apuntador conminó: Mire la hora, señor mío, que se hace tarde para el niño y mañana madruga. Cierto, eran las 8. Le di la cena y lo acosté.
Mañana será otro día.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

A ti, querido amigo:

He de agradecerte que hayas decidido visitar mi Blog (no cabe duda de que tienes un gusto exquisito). Y si en realidad has tropezado y caído aquí, o sólo has entrado para ver cómo se salía, te invito a que te des una vuelta. Aunque recuerda: se toca, pero no se mira.

El Consultorio de César

Aquí tenéis la cuenta de correo a la que podéis dirigiros para las dudas, sugerencias e insinuaciones. Usadlo con moderación: soycesarpaul@gmail.com