El Consultorio de César

A ver, que se me acumula el trabajo en la pila de cosas pendientes y no en la de cosas que penden... Tenemos por aquí mi mono Luis Alberto y yo una consulta de una muy fiel lectora.
Antes de nada recordaros que los correos guarros no me importa que me los mandéis en cualesquiera formatos, que yo no soy de esos que no quieren más que los universales. Yo tengo Vista mierder, así que se lo traga todo.
Y dicho lo cual adentrémonos en el quid de la cuestión.
- Pero Michael, ¿qué vas a hacer?
- Tú tranquilo. Dale al TurboBoost, yo me echaré para atrás de repente y saldrá la cabecera. ¡Cabecera! http://www.youtube.com/watch?v=9qA3tll5Bmg
Bien. ¿A que mola? Pues vámonos con (carraspeo) el asunto del día (issue of the day):
Nuestra queridérrima amiga tenía una consulta de índole amoroso-sexual-emocional.
Ya os he hablado en otras ocasiones del estado crazy-rata, que es el súmmum del que me gustas mazo. Pasa que, llegados a ese punto, uno se vuelve huidizo, se disparan los nervios y se adquiere una fuerza sobrehumana para ayudar a evitar que nadie te refrene en tu absurda espantada.
A esta chiquilla le pasa que conoce a un hombre, tímido todo él, delgado y poco propenso a las relaciones sentimentales. Bueno, en realidad no se relaciona casi con nadie, sólo con los libros, que lo saben todo.
El caso es que ella entra en el estadio antes descrito y sale disparada en dirección contraria. ¿Es racional? No, no lo es. ¿Debería llamar a sus padres o tutor legal para comentarle el asunto y que ha bajado las notas este cuatrimestre? Tampoco lo veo necesario.
Conviene advertir que la zagala, en esta ocasión, no salió por piernas. Bien es cierto que estaba en el tren, pero ya sabemos de lo que son capaces, ¿si o no, Frank Drebin? Claro que sí.
Me pregunta qué puede hacer al respecto y a mí sólo se me ocurre una solución que no me comprometa de cara al electorado, y es la que sigue: agárralo del paquete y hazlo retroceder hasta alguna pared; entonces pregúntale: ¿con qué la has alimentado? Y aprietas ligeramente. No mucho. Si, por lo que sea, te parece muy atrevido, échate un par de cervecitas o cualquier psicotrópico y asáltale con el clásico "Cómo estás y no es una pregunta". De ahí todo va rodado por la risa y el encanto demostrado.

1 comentarios:

  1. Gracias mi bien amado C.P, seguro que ni mis padres o tutor legal me habrían/hubieran dado un consejo tan acertado, es más, creo que con un par de orujillos a primera hora, cuando volvamos a coincidir, mientras le pongo ojitos golosos le preguntaré.........
    Gracias por la atención y el tiempo
    Un abrazo de crazy rata!

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A ti, querido amigo:

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