- Aquí tienes tu entrada, Johnny, exactamente como te prometí. Ahora, cada vez que mires al cielo, podrás pensar que yo también lo hago.
- Pero ¿esto no es el Gallo máximo?
- Sí, hijo mío, sí.
- Entonces la entrada no es un regalo, y es Yonki.
- Estos poligoneros... son peores que los dodecaedros.
- ¿Puedo aprovechar para votar?
- Sólo si no has dejado nada en el plato.
- La prueba diabólica, ¿eh? Ya sabía yo que esto era menos desinteresado que el reciente matrimonio de Cayetana, que si no sana hoy, sanará mañana.
- Entiendo tu dolor, de verdad que sí, pero se nos acaba el tiempo y me cierran la tahona, donde el pan no es de esos congelados.
- Joe, gallo, cómo te cuidas...
- En apariencia, que la coca es la base de mi pirámide alimentaria.
- Mi madre me dice siempre eso, pero yo paso de ese rollo tradicional. Soy nihilista, ¿sabes?
- No te sé que te diga. Voy a pincharte a Rihanna, que sé de buena tinta que te tiene contento, y ya fuera de antena te cuento mi receta para las galletas caseras... ¡Qué pasa, artistas! Tengo el corazón dividido, pero no del todo, y por eso vengo a la barra a que le pases otra vez el cortapizzas con desgana, porque estos días están siendo de lo más fructíferos, de los cuales hay que tomar 3 raciones diarias. Ando con el diseño gráfico muy atareado y motivado, porque lo de Eufemiano no me ha salpicado, a pesar de que, en ocasiones, he necesitado rendir más habiendo alcanzado mi techo físico. ¿Qué hice entonces? Ya lo veréis en mi próxima película, donde interpreto a un padre soltero atormentado por la culpa de no haberle pegado a tiempo a su hijo, el cual ahora es emo.
Amen de esto, se proyectan citas sin final con inmunerables mujeres y clientes, comilonas, recados y Dios sabe qué más lleva el Whopper. Mientras, por el camino yo me entretengo con los retoques de peluquería canina que tengo montado en una furgoneta americana que a veces me alquilan para rodajes picantones. Yo no miro.
¿Más cosas? Vaya, vaya... pareceís hijos de divorciados. No os voy a dar más, que luego le vais contando tergivesadamente a las amigas de mi mujer y aprovecha para despecharse con un chulazo en un Chevrolet descapolable.
- Mi padre dice que si votas socialista los caballos acabarán por tener hijos con los cerdos.
- Los cerdos no son tan facilones.
- Pero ¿esto no es el Gallo máximo?
- Sí, hijo mío, sí.
- Entonces la entrada no es un regalo, y es Yonki.
- Estos poligoneros... son peores que los dodecaedros.
- ¿Puedo aprovechar para votar?
- Sólo si no has dejado nada en el plato.
- La prueba diabólica, ¿eh? Ya sabía yo que esto era menos desinteresado que el reciente matrimonio de Cayetana, que si no sana hoy, sanará mañana.
- Entiendo tu dolor, de verdad que sí, pero se nos acaba el tiempo y me cierran la tahona, donde el pan no es de esos congelados.
- Joe, gallo, cómo te cuidas...
- En apariencia, que la coca es la base de mi pirámide alimentaria.
- Mi madre me dice siempre eso, pero yo paso de ese rollo tradicional. Soy nihilista, ¿sabes?
- No te sé que te diga. Voy a pincharte a Rihanna, que sé de buena tinta que te tiene contento, y ya fuera de antena te cuento mi receta para las galletas caseras... ¡Qué pasa, artistas! Tengo el corazón dividido, pero no del todo, y por eso vengo a la barra a que le pases otra vez el cortapizzas con desgana, porque estos días están siendo de lo más fructíferos, de los cuales hay que tomar 3 raciones diarias. Ando con el diseño gráfico muy atareado y motivado, porque lo de Eufemiano no me ha salpicado, a pesar de que, en ocasiones, he necesitado rendir más habiendo alcanzado mi techo físico. ¿Qué hice entonces? Ya lo veréis en mi próxima película, donde interpreto a un padre soltero atormentado por la culpa de no haberle pegado a tiempo a su hijo, el cual ahora es emo.
Amen de esto, se proyectan citas sin final con inmunerables mujeres y clientes, comilonas, recados y Dios sabe qué más lleva el Whopper. Mientras, por el camino yo me entretengo con los retoques de peluquería canina que tengo montado en una furgoneta americana que a veces me alquilan para rodajes picantones. Yo no miro.
¿Más cosas? Vaya, vaya... pareceís hijos de divorciados. No os voy a dar más, que luego le vais contando tergivesadamente a las amigas de mi mujer y aprovecha para despecharse con un chulazo en un Chevrolet descapolable.
- Mi padre dice que si votas socialista los caballos acabarán por tener hijos con los cerdos.
- Los cerdos no son tan facilones.
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