Homeless

¿Os ha pasao eso de que tienes los labios secos y estás con gesto serio y de repente te hace gracia una cosa y te ríes y se te cortan? ¡Qué preguntas tengo! Pues claro que os ha pasao. Es lo más normal del mundo. Bueno, no. Lo más normal del mundo será respirar, comer o defecar. Digo yo.

¡Qué pasa, feriantes! ¿Cómo vais de lo vuestro? Yo estoy acusando la peritonitis, por aquello del tiempo loco. Hoy llueve, mañana, no.

Hoy la cosa va de lo siguiente y es a la sazón lo tal:

Estaba yo bien, qué digo bien, impecablemente trajeado a la espera de que el semáforo tornase de ámbar a verde, cuando me vi a un homeless de rodillas pidiendo de todo. Otros, sino todos, apartan la vista. Yo no. El hombrecillo estaba tumbado en un banco y tenía un cartel a los pies que rezaba:

Tengo:

Enfermedades víricas

Gripe

Desórdenes alimenticios

Insuficiencia higiénica

Necesito:
Antibióticos

Dos paquetes de tabaco rubio

Algo para comer

Zumo de naranja natural

Gracias

¿A que mola? Los homeless son encantadores. Siempre con sus cosas, sus locuras, sus cartones,... Puede que, a veces, te tiren un gato, pero es porque no les das una monedita a sabiendas de que tienes de sobra.

Yo, cuando sea mayor, seré homeless, que son sistémicos. Triunfaré. Y cuando esté en la cima me retiraré bajo un puente.