¿Quieres dejar de grabarte videos en Youtube? Nadie va a confiar en ti si sigues creando un personaje con límites tan poco definidos con tu personalidad real.
- No me importa, ya no aspiro al trono.
- Pues tendrás que demostrar más talento que Bruno Mars, que es ambidiestro con el micro.
- ¿Tanto? ¿Y no puedo trabajar en una caja de ahorros cuca, como Banca Cívica?
- Sus grafismos nos enamoraron a todos en cuanto los vimos y dejamos a un lado complejos y prejuicios.
- Por eso. ¿Puedo merendar?
- Pero sólo fruta, que la bollería industrial te hace más humano pero menos divino sobre el escenario.
- No me importa, las generaciones venideras no vienen tan pujantes.
- Tienes la adolescencia tonta y sólo te apunto que Isabel II ascendió con 14 añitos.
- Normal, era la versión 2.0.
- Te quiero ver a ti delante de una Ley Sálica, chato.
- Pues no lo harás, porque ahora mismo cojo mi iPod y me escapo de palacio para evadirme con zagales que me quieren por mi dinero.
- No en mi institu-turno. ¡Guardias, cerrad las puertas y que empiece la canción! Y mientras aprendemos quemando calorías voy a contarles a los diplomaníacos las novedades del producto en cuestión.
¡Qué pasa, artistas! ¿Sintiéndoos libres como la ropa tendida fuera? ¿O más bien como un perro con la ventanilla bajada? Sea como fuere, haz lo que vieres, salvo que hayas pillado a tus padres haciendo guarreridas. Caca. Caca. Yo os comento, como lo haría un glosador, que estoy licenciado por segunda vez y, claro, ahora sí que tengo un discurso preparado, pero lo voy a romper porque no lo necesito, que soy de memoria fotográfica y he memorizado hasta los pliegues. ¿Dónde radica la dificultad añadida? La solución al dorso y la piel del dorso no se vende ants de cazarlo.
Estos días de ausencia, fina y segura, no han sido sólo bacanales y asueto, porque mucho ha corrido entre responsabilidad y duelo. ¿Completamos la promesa de dos días consecutivos de celebración? Dicha sea la verdad: no. Se quedó en 12 horas ininterrumpidas. Ahí queda eso.
- David Swimmer, del Buggle. ¿Volverá a intentarlo?
- ¿A robarte el bocadillo? Por supuesto. Lo de la fiesta está por ver, porque la agenda de compromisos es más apretada que las camisetas de The Rock.
- Mágico. Y...
- No me interrumpas, que el plano es sólo mío y rodado en una toma. Chúpate esa Hitchcock.
- Oblígame.
- No hasta que no te acabes las alubias.
- Nazi...
- Dicho en alemán.
- Natxi.
- Buen chico... Pero una cosa te digo: el año que el Madrid está mal, acaba segundo.
- No me importa, ya no aspiro al trono.
- Pues tendrás que demostrar más talento que Bruno Mars, que es ambidiestro con el micro.
- ¿Tanto? ¿Y no puedo trabajar en una caja de ahorros cuca, como Banca Cívica?
- Sus grafismos nos enamoraron a todos en cuanto los vimos y dejamos a un lado complejos y prejuicios.
- Por eso. ¿Puedo merendar?
- Pero sólo fruta, que la bollería industrial te hace más humano pero menos divino sobre el escenario.
- No me importa, las generaciones venideras no vienen tan pujantes.
- Tienes la adolescencia tonta y sólo te apunto que Isabel II ascendió con 14 añitos.
- Normal, era la versión 2.0.
- Te quiero ver a ti delante de una Ley Sálica, chato.
- Pues no lo harás, porque ahora mismo cojo mi iPod y me escapo de palacio para evadirme con zagales que me quieren por mi dinero.
- No en mi institu-turno. ¡Guardias, cerrad las puertas y que empiece la canción! Y mientras aprendemos quemando calorías voy a contarles a los diplomaníacos las novedades del producto en cuestión.
¡Qué pasa, artistas! ¿Sintiéndoos libres como la ropa tendida fuera? ¿O más bien como un perro con la ventanilla bajada? Sea como fuere, haz lo que vieres, salvo que hayas pillado a tus padres haciendo guarreridas. Caca. Caca. Yo os comento, como lo haría un glosador, que estoy licenciado por segunda vez y, claro, ahora sí que tengo un discurso preparado, pero lo voy a romper porque no lo necesito, que soy de memoria fotográfica y he memorizado hasta los pliegues. ¿Dónde radica la dificultad añadida? La solución al dorso y la piel del dorso no se vende ants de cazarlo.
Estos días de ausencia, fina y segura, no han sido sólo bacanales y asueto, porque mucho ha corrido entre responsabilidad y duelo. ¿Completamos la promesa de dos días consecutivos de celebración? Dicha sea la verdad: no. Se quedó en 12 horas ininterrumpidas. Ahí queda eso.
- David Swimmer, del Buggle. ¿Volverá a intentarlo?
- ¿A robarte el bocadillo? Por supuesto. Lo de la fiesta está por ver, porque la agenda de compromisos es más apretada que las camisetas de The Rock.
- Mágico. Y...
- No me interrumpas, que el plano es sólo mío y rodado en una toma. Chúpate esa Hitchcock.
- Oblígame.
- No hasta que no te acabes las alubias.
- Nazi...
- Dicho en alemán.
- Natxi.
- Buen chico... Pero una cosa te digo: el año que el Madrid está mal, acaba segundo.
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