South Park: la película de personas

Hoy no estás, Leonardo, no estás.
- Lo sé, maestro Astilla, pero es que el equipo de "made (quiero cambiar)" no puede hacer más.
- ¿Te has quitado de los dos litros de Coca-Cola al día?
- Sí. Ahora sólo tomo 2 de Pepsi, y nada.
- Pues mira, hijo, habrá que confiar en esta gente, que llevan pinganillo y se despiden en italiano.
- Si ya lo sé, pero es que esto de cambiar pizza por canónigo va contra natura.
- Tampoco vayas a angustiarte, que luego caes en el perenicioso ciclo de depresión-engorde, más pernicioso aún que el del pelo graso.
- Yo por el pelo no me preocupo, ya lo sabe usted, pero eso que dice en su libro, que tengo a puntito de acabar y me da un vacío existencial sólo de pensar en que no colme mis expectativas, de que una palmada con una sola mano no suena me tiene más absorto que un chino con el pelo rizado.
- Ya. Perdona, es que había visto pasar una rata callejera y, no es que sea racista, pero Aladín tiene su sitio y nosotros el nuestro.
- Descuide, si yo ya me iba al Ministerio. ¿Quiere que le traiga algo? ¿Bolis o cualquier cosa?
- Claro, pero cógelos a lo ninja y déjalos de igual manera, que ya conoces los cajones.
- No faltaba más. Y para celebrar el éxito de la conversación voy a darme un caprichito y me voy a poner un bañito de espuma y unas porciones de pizza carbonara, que, como no tiene tomate, no engorda.
- Hazlo. Total, si para el casting tenemos a los otros dos.
- Somos cuatro en total, como los Mosqueperros, pero de verdad.
- Yo con Raphael no cuento mucho, que es de tendencia depresiva y en esos no se puede confiar, como con Pronovias.
- Pero si dependen del Corte Inglés.
- Ya, pero son más peleones, y se aprovechan de la emoción de la ocasión.
- Supongo. ¿Le importa si dejamos el tema? Es que me temo que nos estamos conociendo demasiado como para convivir en una cloaca virilmente sin conflictos.
- Cómo echo de menos los tiempos en que sólo echaban música en MTV...
- A esto me refería... Bueno, que me voy de vuelta al hotel, que mañana tengo final del concurso y hay una chinita de la Pompeu que dicen que pelea que no veas.
- ¿Eso no es una canción de Ne-Yo?
- Buen intento, maestro.

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