Entoces, ¿me dices que ese efecto mojado lo consigues saliendo con el pelo sin secar de casa y que el sentimiento nacional hace el resto? Me lo apunto, pero ya te digo que no quiero cambiar de caldera, gracias. Venga, un abrazo, Adolf. ¡Qué pasa, artistas! ¿Subiendo como la marea, bajando como la tensión? Claro que sí, shulos míos. Os tecleo desde la nave nodriza donde me pertrecho para la boda of da year. ¿Por qué lo sé? Porque la he diseñado yo. Veremos si el aparejador me ha sido fiel escudero o si, por despecho, me ha hinchado el presupuesto. Y es que hoy un grupo de amigos asistimos a varias de estas ceremonias con vestimentas muy distintas: traje negro, camisa morada y corbata blanca, unos; con menos clase, otros.
- ¿Es normal que quiera llevar las manos en los bolsillos siempre?
- Claro, eso te hace sentirte elegante, ¿verdad? Porque si los dandies llevan una y ya son el summum del savoir fair, ¿qué no harás tú con las dos, joven nacional?
- Tanta cursiva me desorienta, como el Tom Tom.
- No te angusties, respira hondo, aunque no mucho que el traje para nochevieja ya lo llenas y no es por esa hora semanal de gimnasio extremo, y piensa que los pendientes de brillante irían que ni pintados con el resto. Ya verás como pillas a tu prima haciéndote fotos con el móvil.
- Eres mazo de buen colega, pero te noto fuera de ti. ¿Y tu empaque?
- En el maletero. Es que me acerco a los 30 y aún no he conocido al hombre de mi vida. A estas alturas ya tendría que haber chocado accidentalmente con él en Starbucks para ir enamorándonos, tener 2 hijos de aquí en 3 años y vivir felices viajando mientras Consuelo nos los educa. Un beso para Jennifer Aniston. Y un consejo para ella: ponte otra "n" en el apellido, da mucha categoría.
¿Qué te vas a poner?, me decía anoche Rafa Medina para no coincidir. Yo le dije, le dije: Rafa, tranquilízate que nadie va a robarte plano.
- ¿Seguro?
- Claro que no, no hay nada seguro en esta vida, pero el photocall estará calentito justo para cuando tú llegues.
- ¿Puedo hacer de las mías?
- ¿Y llevar camisa azul con el chaqué? Pero si es que eres como un monovolúmen: tienes infinitas posibilidades. Yo iré cuco y discreto. Es de día y soleado, así que apostaré por el azul marino, marrón y aún dudo de si me dejó porque me merecía algo mejor.
- ¿Tontearás con las damas de honor?
- Como quien no quiere la cosa, aunque luego, en el ropero, deje caer que es ella la que me ha buscado y que yo soy una víctima de mi sexappeal.
Y ahora me voy, que Alfred no aguanta más con el blazer en vilo, que está mayor y no se toma el Apiserum cuando tiene que hacerlo.
Un beso, corazones. ¡Y vivan los novios!
- ¿Es normal que quiera llevar las manos en los bolsillos siempre?
- Claro, eso te hace sentirte elegante, ¿verdad? Porque si los dandies llevan una y ya son el summum del savoir fair, ¿qué no harás tú con las dos, joven nacional?
- Tanta cursiva me desorienta, como el Tom Tom.
- No te angusties, respira hondo, aunque no mucho que el traje para nochevieja ya lo llenas y no es por esa hora semanal de gimnasio extremo, y piensa que los pendientes de brillante irían que ni pintados con el resto. Ya verás como pillas a tu prima haciéndote fotos con el móvil.
- Eres mazo de buen colega, pero te noto fuera de ti. ¿Y tu empaque?
- En el maletero. Es que me acerco a los 30 y aún no he conocido al hombre de mi vida. A estas alturas ya tendría que haber chocado accidentalmente con él en Starbucks para ir enamorándonos, tener 2 hijos de aquí en 3 años y vivir felices viajando mientras Consuelo nos los educa. Un beso para Jennifer Aniston. Y un consejo para ella: ponte otra "n" en el apellido, da mucha categoría.
¿Qué te vas a poner?, me decía anoche Rafa Medina para no coincidir. Yo le dije, le dije: Rafa, tranquilízate que nadie va a robarte plano.
- ¿Seguro?
- Claro que no, no hay nada seguro en esta vida, pero el photocall estará calentito justo para cuando tú llegues.
- ¿Puedo hacer de las mías?
- ¿Y llevar camisa azul con el chaqué? Pero si es que eres como un monovolúmen: tienes infinitas posibilidades. Yo iré cuco y discreto. Es de día y soleado, así que apostaré por el azul marino, marrón y aún dudo de si me dejó porque me merecía algo mejor.
- ¿Tontearás con las damas de honor?
- Como quien no quiere la cosa, aunque luego, en el ropero, deje caer que es ella la que me ha buscado y que yo soy una víctima de mi sexappeal.
Y ahora me voy, que Alfred no aguanta más con el blazer en vilo, que está mayor y no se toma el Apiserum cuando tiene que hacerlo.
Un beso, corazones. ¡Y vivan los novios!
0 comentarios:
Publicar un comentario