¿No me gusta que a los toros, te pongas la minifalda está bien construida?
- No, esa frase carece de todo sentido sintáctico.
-No, no. Sintácticamente está bien, doctor Splinter. Lo que no cuadra es la semántica.
-¿Semántica? Querido colega, ¿y qué tal si no pasamos por alto la etimología?
- Bien apuntado, catedrático emérito. Pues que, a lo mejor, te llevas una hos… ¡Qué pasa, bucaneros! ¿Cómo va esa mañana de resaca?
Ay, ya lo decía aquél: un domingo sin resaca es como una sandía con sombrero. Se puede hacer, pero queda raro. Y como en este espacio, que puede tenerse por de cultura absurdo, no somos de marginar al chiquillo con gafas de pasta y parche con visos de conquistar el mundo, hablemos de rarezas.
- No, esa frase carece de todo sentido sintáctico.
-No, no. Sintácticamente está bien, doctor Splinter. Lo que no cuadra es la semántica.
-¿Semántica? Querido colega, ¿y qué tal si no pasamos por alto la etimología?
- Bien apuntado, catedrático emérito. Pues que, a lo mejor, te llevas una hos… ¡Qué pasa, bucaneros! ¿Cómo va esa mañana de resaca?
Ay, ya lo decía aquél: un domingo sin resaca es como una sandía con sombrero. Se puede hacer, pero queda raro. Y como en este espacio, que puede tenerse por de cultura absurdo, no somos de marginar al chiquillo con gafas de pasta y parche con visos de conquistar el mundo, hablemos de rarezas.
Hoy:
¡EL PRÁCTICUM!
En realidad no sé si se escribe con tilde, pero yo me arriesgo, que en inglés se dice “rol de dais”.
Y ahora procedamos con el análisis, que, sin ánimo de ser exhaustivos, viene a ser lo siguiente. Doctor Astilla, dele al “reproducir”.
1. El Origen: Mediado el s. II a.C., con la Roma republicana a tuti y Cicerón zascandileando con el áuriga, porque aún le quedaban 15 minutos de parquímetro, iba Rufo Quinto Gallo de vuelta del gimnasio camino de la herrería de su padre, cuando, para evitar prestarse más entusiastamente a la voluntas del paterfamilias, se le ocurrió que podía estarse 7 semanas resolviendo casitos en grupo (los lunes, martes y miércoles) y luego hacer como que aprendía algo en los Juzgados durante otras tantas semanas, amén de un examen final que fuera poco menos que un aro de fuego, seguido de uno de agua, seguido de uno de tierra, seguido de uno de viento, seguido de uno de corazón. ¡Qué tunantum!
2. La lógica: En un principio, esto era algo así como la parte práctica de la carrera. Toda vez que el conocimiento teórico se había rumiado suficientemente, era hora de de escupirlo a ver si salía alguna figura que predijese algo. Como no lo hizo pues se pensó que esto ayudaba a la muchachada a contactar con el mundo laboral y a darse cuenta de que debían seguir estudiando, porque no estaban preparados para él.
3. Las prácticas internas: Inculcado todo lo que había que inculcar, que no es poco, es el momento de pasar a la acción. Agrupados por criterios aleatorios, los alumnos se runirán en torno a un caso semanal que han de resolver a lo largo de 3 días. De no habérselo leído no se desprende ningún perjuicio, que ya han venido varios padres a quejarse.
Puede pasarse el finde en el Foro, o en alguna lapidación, montando a caballo o en la guerra y el lunes asentir y disentir a viva voz con el resto de compañeros. Tarde o temprano darán la respuesta y entonces, ya será mejor persona.
Si no descuida el momento puede hacerse con una buena calificación. Atentos a lo que haga el más listo pude apuntarse un tanto a su costa.
Este es el momento ideal para sacar la identidad grupal. Bien puede enfrentarse con los que otrora fueron sus compañeros y hacerles la cama a sus espaldas. Mi compañera de CCS lo llama: amienemigos.
4. Las prácticas externas: Superado lo anterior (o no) te asignan un destino de entre 100 por sorteo de letra y preferencias numeradas. Esto lo hace un superordenador que tiene la UAM en el cuarto del bedel (un saludo para Nicasio).
Allí puedes sentarte en un rincón a pintar sin molestar a Papá o aprender una hartá, depende de lo que te toque y de la actitud. En cualquier caso se presta la ocasión a vestir como los Dioses mandan.
5. El examen final: el momentazo llega superada la medianía de Mayo. Puede decirse que es como los Toros, pero sin tanta plasticidad, ni liturgia, ni toros.
Se cita al personal a las 10 a las puertas de la biblioteca para que, una vez suene el silbato, todos se agolpen y se empujen y se escupan… (es más como los San Fermines). Claro que esto no pasaría si me hubiesen hecho caso con lo del cordón de terciopelo. Pero me llamaron loco entonces. ¿Y quién es el loco ahora? ¿¡Quién!?
Luego te sientan a lo shuffle (aquí rige el ibérico principio de mariquita el último) y, por último te dan 4 horitas para que des rienda suelta a tu creatividad jurídica. Días después lo leerás tú mismo ante un tribunal de 3, con música de coro y solo ante el peligro. 3 y 2, 5 y me llevo 1.
A la salida de la prueba se suceden llantos, ataques de histeria, depresiones, cuadros de ansiedad, estados de shock y alegría. Los hay quienes pasan por todos ellos varias veces, por lo que conviene no arrimarse mucho al personal.
También hay policías de estos japoneses para evitar tocamientos y robos de maletas, porque con la tensión la gente aprovecha que no veas y te tocan y tal.
Luego habrá de sobrevenir el clímax, pero eso es ya otra historia.
Acometida la última de las fases sólo queda al esforzado estudiante reposar, hidratarse bien y recrearse remando y leyendo en el Retiro con un delicioso bombón helado de la mano de la que, algún día no muy lejano, será su feliz pareja.
El FIN
0 comentarios:
Publicar un comentario