Alemania...¡qué bella eres!

¡Qué pasa, camiseros de gemelos!
Sabed, hijos míos, que frotando el cola cao no sale. Si, por lo que fuera, se te cae un grumo de aquéllo, tú sopla o échale leche, no seas tonto. Este es un consejo por cortesía de Croquetas Géminis.
Y ahora vámonos con lo que realmente importa: ¿por qué nadie ha ido a la raíz del meollo en el asunto del aborto? Es este un tema de trascendental importancia, con que, henos nosotros, el equipo de A Fondo y yo, aquí para arrojar algo de luz sobre el tema.
Nos encontramos en La Linea de la Concepción, auténtico enclave para resolver el problema. Preguntando a sus habitantes, a los efectos, ínclitos técnicos, encontraremos el Santo Grial de los debates de toda la vida.
No obstante, como mi redactor considera a los lineoconcebidos como limítrofes en aquel otro sentido, no vamos a hacer eso. En embargo, os voy a contar que me voy a Alemania el curso entrante por tiempo estimado de 6 meses, porque la beca me la han recortado y no tengo yo recursos para estirar la estancia más allá de lo que la enorme teta del Estado permite.
¿Qué podría hacer para estarme otro semestre rascándome la barriga? Pues nada, porque yo no voy allí a eso. Ni a eso ni a estar todo el día dándole a la sardina, que yo soy un chico casto por decisión y las alemanas son muy grandes y me limitan el repertorio.
Yo, allí y entonces, iré a aprender de las costumbres teutonas; a aclimatarme al pan negro; a no jugar al futbol sala en la calle, porque está todo el día lloviendo sí, todo el día lloviendo no; pero, sobre todas las cosas, Cerámicas de Cara Vista, voy a perfeccionar el idioma y, si Dios quiere (persignémonos), a traérmelo conmigo.
Así que espero que cuando venga me lo tratéis bien, porque es muy impresionable y se quema fácil con el sol, amén de protestante y tremendamente sensible a las cosas mal hechas, así que no lo acercaré por la UAM. Muérete, muérete, muérete, muérete, muérete.
De otra parte, tengo que pensar en cómo sacarlo del país sin que se note demasiado. Ahora con la libre circulación de personas no tendría mucho problema, pero claro, tengo que ponerles algo en su lugar, un sustituto, hasta que el engaño haya tenido lugar por completo. Tras dos días a caballo alcanzaremos la frontera y seremos libres. Libres para amarnos y juguetear en la playa de Tarifa, por supuesto.
Sé que luego, agotada la emoción inicial, comenzarán las discusiones tontas sobre cosas tontas, porque ella es tonta, a las que subyacen el deseo de volver.
Entonces la agarraré por la cintura al atardecer del penúltimo día tras horas de vacilaciones, ira y silencio y, mirándola a los ojos, me vaciaré en ella. Las noches y el día restante serán suyos. Seré suyo. Mi promesa de no recordar más que lo vivido entonces se hará viva. Llanto, duda, sorpresa, esperanza, rabia, pasión, otra vez llanto y, finalmente, lujuria.
Al día siguiente volverá y el conflicto internacional se apaciguará. Hay que tener en cuenta que mientras tanto lo alemanes intentaron hacerse con una lengua de consuelo, con lo que invadieron los Países Bajos, Francia y, cómo no, Polonia. De la mezcla resultante salió el andaluz, y de ahí que el ciclo se cierre. Ahora vámonos a la pisti.

3 comentarios:

  1. Ich bin in wien!!was ist los!! ni siquiera enelextranjero puedo dejar de leer tu blog !: P
    . Un beso! Tina+

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  2. Asuam!!!! Cómo te echo de penos... iba a decirte que si esta semana comíamos juntos...
    qué pasa artista??? escríbeme, o en su defecto, dime dónde puedo leer tus aventuras y desventuras tetonas, quiero decir, teUtonas.

    Muak!

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