Gira la ruleta. Gira, gira, gira, gira… Se detiene. ¿Qué escoges, el piso hipotecado o el sobre sorpresa? Sobre sorpresa. ¡Sorpresa! Hoy te toca hablar de los tipos ideales weberianos de estudiantes por facultades en la Universidad española. Vaya tela.
Bueno, tirando de experiencia, me limitaré al Campus de Cantoblanco, lugar donde residen las escuelas y facultades de la Universidad Autónoma de Madrid. Comencemos. No os preocupéis, todos recibiremos nuestra ración de odio clasista caricaturesco.
Bueno, tirando de experiencia, me limitaré al Campus de Cantoblanco, lugar donde residen las escuelas y facultades de la Universidad Autónoma de Madrid. Comencemos. No os preocupéis, todos recibiremos nuestra ración de odio clasista caricaturesco.
a) Facultad de Humanidades. Aquí residen gran variedad de sujetos, pero los más abundantes son el guarro con rastas, el heavie o el moderno de mierda que estudia filosofía. Las características comunes a los dos primeros son las siguientes: olor a sudor mezclado con el de los porros, el reggae o el metal, lemas como “¡anarquía y birra fría!” y un desprecio total por los pijos. Esto último no ocurre con el moderno de mierda estudiante de filosofía: lee desde Aristóteles hasta Santo Tomás, pasando por Marx y Nietzsche, pero oye, que zapas más chulas las que se compró el otro día en Fuencarral.
b) Facultad de Ciencias, Biología y en parte especímenes de Psicología. Aquí el crisol de hippismo es enorme: hay veganos, vegetarianos, flower powers (el caso ir ancho y fumar canutos), las chicas-cariocas que SIEMPRE están en el puto césped cuando sales de clase a las tres de la tarde, etc. Mi odio principal hacia ellos: los pantalones dragon ball: que parece que lleváis un jersey en las piernas, copón.
c) Facultad de Informática. FRIKIS.
d) Facultad de Derecho y Económicas en parte. Pijos, re-pijos, trans-pijos y post-pijos, en todas sus variantes: conservadora, moderno de mierda o gafa-pasta. Estos pijos conviven con anarquistas (ya sabes, “para romper las reglas primero hay que conocerlas, ¡tronco!”). Y entre esta dicotomía, esta dualidad entre pijos y anarcas, está el estudiante de Derecho y Ciencias Políticas o Ciencias Políticas y Derecho, según el sujeto haya entrado en la carrera con primando alguna de las licenciaturas. Atentos porque aquí viene la parte más o menos seria del post. Se trata de una rara avis, cuyo incentivo inicial al comenzar la carrera, al menos desde mi personal y subjetivo punto de vista, es el siguiente: “quiero cambiar las cosas”. Pobre, algo había que le chirriaba en las cosas, sean estas las que sean. El caso es que a base de cinismo y pesimismo por parte del profesorado, las cosas poco a poco empieza a verlas como son. Y eso, querido amigo, no tiene precio. Caer de la burra y dar de bruces con la realidad es algo que ni la Master Card te garantiza. El conservador Derecho y la cínica Ciencia Política te hacen pasar por el aro, como el niño que se pasa cada día de su ignorante infancia intentando meter el cubo en la forma redonda. Joder, si es que no hay mejor forma de cuadrar el círculo que cinco putos años de carrera.
Todo lo anterior, insuficiente, subjetivo y políticamente incorrecto os lo debéis tomar, como siempre, sin acritud y desde el respeto. Porque no hay nada más sano que reírse de uno mismo y de los demás. Sobre todo del primero.
Pues yo me metí por el 2x1...
ResponderEliminarClaro, por el 2x1, para fardar ante las nenas diciendo q haces dos carreras a falta de una!
ResponderEliminarYo he de confesar que sí me metí por fardar ante los nenes... pero no coló. Se ven abrumados por mi " muy supuestamente" inconmsurable inteligencia y,(empleanod épicas palabras del Sr González) por consiguiente, se largan como alma que lleva el diablo ( que al parecer se las lleva rápido, no como en el cielo, pero ya se sabe que las cosas de palacio van despacio)... Bueno que me lio!...y que no.. que no se liga más... Eso sí, a los ex suegros les tengo locos! Tina*
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