¡AVE, YO!

Clínica Londres, por tu seguridad. Me encanta esa cancioncilla del anuncio. ¿A que te dan ganas de operarte de lo que sea? Es lo que tienen los comerciales bien hechos. No sé si llegará a ser un clásico, como Gior, Kalia Oxyaction Gel Rosa (tiempo al tiempo) o Café Tacilla.

Bueno, y sin más dilatación os cuento de que ya es oficial: ¡AVE, YO!

Eso es, truhanes, a efectos legales ya me llamo Earl... digooo, César, aunque mi musa sigue pudiendo llamarme "mío".

¿Que cómo me siento? Pues como siempre. No te creas que te afecta físicamente. Vamos, a menos que sea algo psicosomático, de esto que te sientes fatal porque los niños te insultan y te pegan y te llaman mariquita y gordo, y luego resulta que acabas matándote en el gimnasio, que sí que te va el rollo y que presentas Allá tú y todo lo que te proponga la cadena dentro de tus limitaciones como presentador. Pues fuera de esos casos no tiene por qué notársete.

Además que ahora viene el poblema del cambio/actualización de documentos. El que más inquieto me tiene es el de la carreras, porque ya tengo el diploma hecho pour moi, y claro, no vamos a ponernos de nuevo con las cosas de los chimes, asín que lo dejo tal cual.

Por lo demás no me noto la personalidad más insulsa, ni el ánimo más altivo, ni tampoco me voy a inventar que provengo de la rama patricia para ganarme el favor de mis conciudadanos y acelerar así mi escalada hacia el poder, porque yo ya de por mí soy una persona carismática, a la par que esquiva, con que el poder y los patrocinadores me buscarán a mí. Yo contrataté a Michael J. Fox o, en su defecto, a su doblador en español, como representante y les diré a todos que no, que no me llenan sus proyectos y pulularé por mi casaza llena de máquinas Arcade y expendedoras de refrescos como Coca-Cola Crystal o chocolatinas como Snickers, que te hacen toser mucho, y me daré cuenta de que he llegado a mi techo artístico, así que lo dejaré todo de repente, así, en bata, y cogeré uno de mis muchos descapotables y huiré a Tijuana con mi musa.

Allí nos emboracharemos y haremos el amor sobre una cama con forma de nacho.

Al día siguiente amaneceré con la memoria floja, solo, y tendré que hacerme tatuajes para recordar las cosas del asesinato de mi musa, que yo creeré real, con la ayuda de un misterioso agente de policía reconvertido en justiciero.